Descubre la obra contemporánea de Manolo
El chef casero siempre ha dibujado sus platos, antes de entregarse más plenamente a su pasión por la pintura. ¿El detonante? El Mediterráneo y lo que allí nadie ve excepto él. mercado como aquel que no ha trazado una línea hasta las púas y se ha convertido en "cobla-compone una paleta, se expresa o reúne sus pasiones cuáticas", ", inofensivos y juguetones. Ellos Mar en el plato como anclado al borde del Mediterráneo, bailar al son de coblas sobre una sábana blanca, har- en Collioure. Hace unos meses, los catalanes, divirtiéndose, luego la noche. moniza colores y texturas con este admirador de Tapies y Miró cayendo, volviendo al mar, sabor... Cuando Manuel Laguens inauguró la Galería Cobla. Este pueblo, que se dirige hacia el Cap de Creus para cocinar para particulares, donde pasaba todas sus vacaciones, sale la luna. Es como si el acercamiento ya fuera el de un artista a la ciudad del fauvismo: temía la sardana, una ronda de vida que quiere ser culinaria. Con cada plato, se hizo un pequeño espacio para sí mismo, luego se volvió positivo, universal y alegre. » Uno un dibujo, una acuarela. Cuatro: finalmente lanzado, impulsado por la imaginación más allá del marco que utiliza neaux con el pincel, la destreza necesaria para contar sus historias de técnicas clásicas: el gouache se domina, la vista es aguda. Un edu- pictórico, historias de agua poco pastel, acrílico y acuarela - y catión a la belleza siempre lo ha orientado a lo banal. materiales locales como hacia profesiones que requieren pizarra... Con la sequía del verano, cultura, observación, sensibilidad. Fue primer asistente en Ungaro, que trabajó para una casa de subastas especializada en artes primitivas y oceánicas, creó un gabinete de curiosidades en París. Los libros de recetas y las ilustraciones llevan su firma. un viaje PINTOR DE AGUA DE MAR el mar siempre hace que sus ojos parezcan los de un niño. Ve debajo de su superficie un universo tan fantasioso como poético. En sus cuadros, las anchoas surgen de las olas, los erizos de mar abandonan el fondo del mar: “Cuando llegan a la orilla, pierden sus ciertas obras que ilustran nuevas experiencias. “Trabajo sin utilizar agua o simplemente un poco de agua de mar que al secar modifica el resultado”, explica Manolo: la sal como nuevo pigmento a cocinar para ampliar sus relatos pictóricos.