
El arte de la paz: ¡un grito contra las atrocidades de la guerra!

En el siglo XXI, una era de progreso tecnológico e innovación asombrosa, donde la inteligencia artificial se mezcla con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC), donde la medicina y la ciencia experimentan avances sin precedentes, donde la innovación convierte nuestros sueños en realidad, donde todo el mundo conectado a la red tiene acceso a la información en tiempo real, la pregunta sigue siendo conmovedora:
¿Por qué, en un mundo tan avanzado, asistimos continuamente a noticias sombrías y a conflictos que ensucian nuestra realidad, olvidando tan rápidamente las lecciones de las guerras mundiales del siglo XX (1914-1918 / 1939-1945)?
Ya se trate del conflicto israelo-palestino o de la guerra entre Rusia y Ucrania, el impacto de cada enfrentamiento debe resonar en el corazón de cada individuo. Independientemente de los países, fronteras, nacionalidades, colores, orígenes o religiones implicados, es inaceptable segar vidas y destruir futuros. Mientras saboreamos nuestro café, cómodamente sentados en nuestros sofás, se están apagando vidas, bebés, niños, padres y abuelos que merecen vivir durante mucho tiempo ya no están con nosotros.
¿Las organizaciones internacionales callan ante las atrocidades?
Mientras las guerras arrecian, organizaciones internacionales como la OTAN y la ONU parecen a menudo impotentes o incluso inertes. Si la palabra, la escritura y el ensayo son formas de arte, ¿por qué nadie grita "basta de horrores"?
He aquí algunos artistas que han expresado su indignación:
- Pablo Picasso - "Guernica" y "La paloma de la paz
Pablo Picasso, el gran artista del siglo XX, denunció los horrores de la Guerra Civil española con su legendaria obra maestra "Guernica", demostrando que el arte podía ser una forma de abrir los ojos a la injusticia. Fue un buen ejemplo de arte utilizado para transmitir un mensaje.
Además, "La paloma de la paz" (1949) es otra de las obras más famosas del artista, que también hace referencia a la paz. Esta sencilla imagen de una paloma, símbolo universal de la paz, se ha utilizado en muchos contextos para promover la armonía y el fin de los conflictos.
"Guernica" - Pablo Picasso |
"La paloma de la paz" - Pablo Picasso Reproducción del famoso dibujo de PicassoFOTO : art.com |
- Robert Doisneau - "Le baiser de l'hôtel de ville" (El beso del ayuntamiento)
También podemos mencionar "Le baiser de l'hôtel de ville" de Robert Doisneau (1950). Aunque no es un cuadro, esta icónica fotografía muestra a una pareja besándose apasionadamente en plena calle. A menudo se interpreta como una celebración del amor y la vida, sugiriendo que, incluso después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, el amor y la humanidad persisten.
Robert Doisneau – « Le baiser de l’hôtel de ville »
- Maya Lin - "El monumento a los veteranos de Vietnam
Por último, "The Vietnam Veterans Memorial" (1982), de Maya Lin, es un monumento sobrio y conmovedor a los soldados estadounidenses caídos en la guerra de Vietnam. Incita a la reflexión y la meditación, poniendo de relieve los costes humanos de la guerra.
- Arte contemporáneo
En el arte contemporáneo, podemos mencionar a Banksy con "The Flower Thrower" (2005). En esta obra, el célebre artista callejero Banksy creó a un hombre lanzando un ramo de flores en lugar de una granada, simbolizando la elección del amor frente a la violencia. En cuanto a Steve Mumford, con su serie de pinturas titulada "Baggage" (2010), ha plasmado escenas de la vida cotidiana en Irak y Afganistán, mostrando los aspectos humanos de la guerra. También podemos destacar "Sombras" (2014) de Alfredo Jaar, que creó una instalación para recordar las estadísticas de mortalidad en diferentes partes del mundo debido a los conflictos, poniendo de relieve el impacto humano de la guerra.
"Rage, the Flower thrower" de Banksy, 2003, Jérusalem |
"Shadows" (2014) signé Alfredo Jaar |
¡Es hora de despertar!
Es hora de apartar la mirada de nuestras pantallas y reconocer que esto no es una pesadilla, ni una película, sino una realidad aterradora. A pocas horas de casa, se están apagando vidas, los soldados invaden territorios, y la pregunta persiste: ¿ven estos actores la atrocidad de sus actos? Es hora de una llamada de atención, de un despertar masivo de descontento y revuelta contra todas estas injusticias.
La paradoja fe/guerra
Es cierto que, aunque a menudo todas estas guerras se producen por razones geopolíticas, también suele ocurrir que algunas personas se escudan en su fe. ¿Cómo se puede hacer la guerra si se es creyente, si se reza y se acude a Dios? Si Dios es uno y el mismo para toda la humanidad, ¿cómo justificar el sacrificio de vidas en nombre de la fe, cuando todas las religiones convergentes hablan de bondad e indulgencia?
Atrevámonos a creer en la humanidad y en días mejores
"Mi patria es el mundo y mi religión es hacer el bien", proclamó Thomas Paine, filósofo y revolucionario. Una afirmación que resuena con poderosa sencillez. A pesar de la complejidad de la situación, recordemos estas palabras y atrevámonos a creer en la humanidad. Atrevámonos a creer que el arte, la comprensión mutua y la compasión pueden triunfar sobre los horrores de la guerra. Porque en este siglo XXI de avances, nuestro mayor logro sería escribir una historia en la que la paz y la coexistencia sean las verdaderas fuerzas del futuro. En esta era de progreso, abracemos el arte de la paz, un grito contra la atrocidad de la guerra. Es hora de hacer oír nuestra voz, de rechazar la violencia, de promover la comprensión y la tolerancia. Creyendo en la humanidad y actuando colectivamente, podemos escribir un nuevo capítulo, un capítulo en el que la paz prevalezca sobre la guerra, un capítulo del arte de vivir que combine compasión y coexistencia...
Ilustraciones:
- Robert Doisneau, Une rétrospective incontournable, Danielle Leenarts y Virginie Devillers, Edición bilingüe, éditions Racine Lannoo Crédito de la foto: Robert Doisneau, Le Baiser de l'Hôtel de Ville, París 1950 © Robert DoisneauRobert Doisneau, Le Baiser de l'Hôtel de Ville, París 1950 © Robert Doisneau, cortesía de éditions Racine.
- Alfredo Jaar, Sombras (2014). Instalación con luces LED, aluminio, proyección de vídeo, 116 x 174". Fotografía original de Koen Wessing (1942-2011): EstelÃ?Ã'Â, Nicaragua, septiembre de 1978. La colección y los derechos de autor de Koen Wessing son administrados por el Nederlands Fotomuseum, Rotterdam
