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Marzo 2025 | Tiempo de lectura: 24 Min | 0 Comentario(s)

La fibra artística

con motivo de la exposición Olga de Amaral en la Fundación Cartier de París hasta el 16 de marzo

Colgar las obras de Olga de Amaral es un arte en sí mismo. Es imposible simplemente fijarlos a las paredes o colocarlos en el suelo. Estos son móviles completamente suspendidos. Obras textiles que pueden clasificarse como arte contemporáneo: Fiber Art. Desde hilos transparentes y ligeros hasta pesadas fibras naturales trenzadas o tejidas con métodos ancestrales, la artista colombiana multiplica formas y texturas para diseñar paneles móviles que estructuran el espacio donde los exhibe. Lino, algodón, lana, pero también crin, papel de arroz, acrílico y estuco se utilizan para crear cuadros en movimiento, jugando aquí con la luz y allá con la transparencia. Estas obras son únicas porque su reverso es tan estético como el anverso. Son como cuadros cuyo marco rivaliza en belleza con el lienzo. Estos “paisajes” evocan fácilmente las sabanas y selvas de su infancia. Pero es en oro y plata donde estos detalles alcanzan su máximo esplendor. Suspendidas en la oscuridad y resaltadas por luces que caen verticalmente, las obras más espectaculares expuestas en la Fundación son maravillas de ligereza y delicadeza donde el metal parece convertirse en textil. Literalmente nos volvemos adictos a ello.

Ilustración: Vista de la exposición © Olga de Amaral. Cortesía de Lisson Gallery. Foto © Cyril Marcilhacy.

Vue d'exposition © Olga de Amaral. Courtesy Lisson Gallery Photo © Cyril Marcilhacy.

 

Jardinero digital

con motivo de las exposiciones de Miguel Chevalier en el centro de arte contemporáneo Matmut de Saint-Pierre-de-Varengeville hasta el 26 de enero y en el Grand Palais Immersif de París hasta el 6 de abril

Miguel Chevalier afirma ser tanto un Man Ray como un Nam June Paik. Los rayogramas del primero y las instalaciones de pantalla del segundo constituyen para él fuentes de inspiración en la medida en que experimentan con nuevas técnicas que abren nuevas imaginaciones. Y lo menos que podemos decir es que sus propias obras siempre han estado adelantadas a su tiempo. Pionero del arte digital, utiliza el lenguaje de unos y ceros como otros utilizan el pincel para crear obras plásticas de temática predominantemente vegetal desde 1978. Sus “Píxeles Botánicos” producen ahora obras monumentales como su Extra-Natural en realidad virtual, una auténtica jungla exuberante que crece visiblemente o se desvanece según los movimientos de los visitantes. A su paso, estos últimos provocan también la inclinación de las flores fractales de un herbario que contiene doscientas semillas virtuales. Con sus criaturas híbridas entre minerales, vegetales, animales y robóticas, Chevalier lleva el juego hasta el punto de materializar en tres dimensiones algunas de sus obras generativas más locas. Esta investigación sobre la inmaterialidad en el arte lo sitúa en la tradición del Op Art y del Grav (Visual Art Research Group), cuyo trabajo en la frontera entre naturaleza y artificio también extiende. Las instalaciones de Chevalier, en su mayoría interactivas, se crean en colaboración con científicos informáticos cuyos algoritmos, a menudo tomados de la biología, le permiten producir la vida artificial de sus plantas en movimiento. Tenía sentido que este genial trabajo de hacker se uniera a la IA. Esto se ha conseguido con la instalación I.maginaires A.rtificels que desarrolla los temas de seguridad, biometría y reconocimiento facial para implementarlos en el Grand Palais Immersif.

Ilustración: Extra-Natural de Miguel Chevalier (2024) www.miguel-chevalier.com

 

Extra-Natural par Miguel Chevalier

 

Inteligencia natural

En una época en la que la IA generativa puede dar vida a cualquier imagen que podamos soñar, ¿por qué necesitamos desarrollar el dominio técnico del dibujo flexible? Porque hasta ahora el lápiz tenía, quizá más que el pincel, el monopolio de reproducir una realidad inexistente sin trucos ni retoques de ningún tipo. De la nada, sólo un lápiz y una hoja de papel. Es flexible, es sobrio y es endiabladamente preciso cuando tienes el talento de un Gideon Kiefer. Se necesita talento, pero también cultura de la mirada que permita acercarse a Dalí en un surrealismo onírico sobre fondos negros de una crueldad estampada por Caravaggio. Es clínico, casi frío, y sin embargo revela una sensibilidad expresada en medios tonos. Es difícil mantener el ritmo de una máquina. Porque todo está en la finura de la línea. Es una sensibilidad a la mina del lápiz. Todo es hiperrealista y evidentemente artificial. Actuamos como si. En Economy of Ghosts, por ejemplo, es la perfección realista con la que se trata al pájaro lo que permite que un taxidermista sádico lo convierta en un gigante aterrador congelado cabeza abajo. Si fuera menos o más realista, la imagen no funcionaría. Ve y explícale eso a una Inteligencia Artificial.

Ilustración: Economía de fantasmas de Gideon Kiefer (2014)

Economy of Ghosts de Gideon Kiefer

 

A propósito, nada parece importar.

Cocteau, Delacroix, Picasso, de Chirico, Rembrandt, Durero, Vinci… ¿quién iba a pensar que tras una banal cesta de frutas en forma de naturaleza muerta, de desnudo reclinado o de Última Cena no sacra se pudieran esconder tal multitud de referencias pictóricas? ¿Cena? También en este caso el lápiz explora áreas en las que no tiene por qué temer demasiado la competencia de la IA. Toda la diferencia está en el viaje y en el placer que éste le ofrece a Ettore Tripodi que lo realiza. Porque es de un lápiz en libertad de lo que estamos hablando aquí. El tema del dibujo no está completamente fijado al principio. Se va inventando sobre la marcha a medida que el artista progresa. Y, cuando de repente se asienta, el trazo del lápiz desaparece detrás de la tinta china y la acuarela que congela todo en una sola imagen. La historia secreta que la generó se materializa luego según la fantasía y la mitología personal del artista. ¿Y si precisamente aquí es donde se encuentra la principal vía de escape al ascenso tiránico de la Inteligencia Artificial generativa? Ella puede dibujar cualquier cosa que se le pida. ¿Pero qué pasa cuando no sabes de antemano qué hay que dibujar? Cuando las ideas y asociaciones surgen a través del trazo. ¿Cómo podría la computadora manipular connotaciones culturales o personales de esta manera? Entonces, es la inteligencia artificial la que nos dice qué y cómo dibujar en 2025. Todo lo que tenemos que hacer es dibujar lo que no sabemos que vamos a dibujar al principio. Dejándose llevar por su linea. Como Ettore Tripodi.

Ilustración: Notturni 34 de Ettore Tripodi (2023)

Notturni 34 par Ettore Tripodi

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